viernes, 17 de enero de 2014

"EL ÚLTIMO DE LOS INJUSTOS", LECCIÓN DE CINE E HISTORIA

El último de los injustos
Dirección: Claude Lanzmann
Documental
Francia. Austria 2013
220 minutos

Digámoslo cuanto antes: colosal una vez más, Claude Lanzmann retorna con 'El último de los injustos'. Tiempo detenido. Al concluir, las casi cuatro horas de proyección piden más. Al espectador se le ha pasado en un suspiro esta soberbia lección de cine e historia que, como había sucedido con la monumental Shoah (1985), arranca esenciales trozos de verdad a la barbarie del Holocausto

Nacido en París en 1925 en el seno de una familia llegada de la Europa del Este, cobran en Lazmann significación sus propias palabras, aquellas con las que abría La liebre de la Patagonia, su mítico libro de memorias: “Cien vidas que viviera no me agotarían nunca”. Así de definitorio; así de intenso para quien ha demostrado siempre una firme respuesta a la resignación.

Miembro activo a los 17 años de la resistencia francesa en Clermont-Ferrand, posteriormente se alistaría con los maquis de Auvergne. Tras la Segunda Guerra Mundial fue profesor de Filosofía en Berlín y en 1952 se integró en el consejo de redacción de la revista Les Temps Modernes, fundada por Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir, de la que sería director a partir de 1986. De él, Sartre, se convertiría en amigo y confidente. De ella, en amante durante buena parte del período parisino de esplendor de la Rive Gauche, en Saint-Germain-des-Prés.

En 1960 fue uno de los intelectuales firmantes del Manifiesto de los 121, que denunciaba abiertamente la represión del ejército francés en Argelia y propugnaba el derecho a la insumisión.

Meticuloso y transgresor, tras 11 años de trabajo, colocó en 1985 ante los ojos del mundo la monumental Shoah, un documental de más de nueve horas de duración que aportaba desconocidas perspectivas sobre el Holocausto.

Murmelstein

Aquel exterminio sistematizado es, de nuevo, el objeto y el objetivo de El último de los injustos, un documental centrado en las entrevistas que Lazmann hizo en 1975 a Benjamin Murmelstein, último presidente del Consejo Judío y único representante de ese cargo que sobrevivió tras la contienda, del atípico campo de concentración de Theresienstadt. Un lugar “disfrazado” por Hitler de ciudad “normalizada”, pero que en realidad albergaba otro más de los campos de exterminio.

El último de los injustos no tiene desperdicio. ¡Qué capacidad la de Lanzmann para montar materiales de archivo y, jugando con los tiempos, situarnos en cada momento en el punto que mejor le conviene a la historia para contarla y hacerla inteligible!

Rostros y dudas

Condenado, y posteriormente semi-absuelto por la Comunidad Judía, Murmelstein, que nunca pisó Israel, falleció en Roma en 1989. De potente personalidad y firmeza demostrada a la hora de tomar decisiones, se nos muestra, a través de sus propias palabras y la cámara de Lanzmann, como un hombre con distintas rostros: el del ego, el descarnado, el de seductor, el defensor a ultranza de los suyos, el realista, el de sometido a los que mandaban y asesinaban, el… En definitiva, no sabemos si estamos ante un héroe o un villano. Ante un colaboracionista o ante un inteligentísimo opositor a la sinrazón de los exterminadores.

Suscitar la duda. Mostrar la realidad sin subterfugios. Hablar de lo relativo que acompaña a todo lo humano… son logros que añadir a esta indispensable propuesta.

Absténganse los que tengan prisa. Para los demás y de primera mano, cine e historia en estado puro.

Fuente: hoyesarte

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