lunes, 16 de julio de 2012

SOBRE EL POEMA VÍCTOR JARA DE INVIERNO


En El Centenario Del Partido Comunista De Chile

                   Norton Contreras Robledo

Leo el poema de Alfred Asis, Estadio Víctor Jara de invierno, y no sé la razón, pero no me llega, no me identifica. Debe de ser porque al igual que Víctor Jara, soy  comunista.

La última vez que vi a Víctor fue un poco antes del golpe. Él sabía que la solución para que la gente no muera de frío en las calles en las noches frías de invierno, no pasaba por poner más camas en el estadio.

Esto ha sido una maniobra política del gobierno, en el cuál están los que lo asesinaron, la derecha heredera de Pinochet, y los fascistas del movimiento Patria y Libertad y del Comando Rolando Matus.

Alfred Asis habla de bondad en las manos de los militares. ¿Acaso no ve la represión en contra de los que se manifiestan por sus derechos?  ¿No ha visto cómo reprimen a los estudiantes, pobladores, trabajadores, profesionales y a los artistas y escritores? ¿No ve la represión en contra del pueblo Mapuche?

 Alfred nos habla de bondad en manos de los militares, se olvida que ellos son un aparato represivo del Estado y de un gobierno violento  y represivo.

Es violento que en Chile, el gobierno sea el pinochetismo sin Pinochet; es violento que estén los que en su juventud fueron militantes de las agrupaciones fascistas Patria y Libertad y el comando Rolando Matus. 

Es violento un gobierno que considera demasiado el sueldo mínimo de 250 mil pesos al mes, que propone la Central Única de Trabajadores (CUT)

Es violento un gobierno que propone 191  pesos mensuales, lo que seria unos 9 mil pesos más que el actual, mientras el Consejo Resolutivo de Asignaciones Parlamentaria, liderada por el ex senador Sergio Páez (DC), aprobó un aumento en $2 millones mensuales en la dieta de los senadores a partir del primero de mayo, la cual fue solicitada por la ex mesa de la cámara alta liderada por el PPD Guido Girardi.

Ésto y miles de actitudes, leyes y reformas, no tienen nada de bondad.

En el poema, Alfred Asis, ve un cambio de actitud por parte del gobierno y los militares, más humana, dice. 

No hay cambio de actitud; si la lucha del pueblo, si las movilizaciones sociales, si éstas y las organizaciones políticas de izquierda consecuentes y revolucionarias unidas en un frente antineoliberal continúan y logran plasmar un proyecto político del pueblo; si a través de la  lucha de clase, tanto la parlamentaria como las movilizaciones de las organizaciones  sociales, en lucha frontal y directa contra el gobierno anticapitalista, se pone en peligro el sistema; entonces los militares no acogerán al pueblo con bondad, no le darán pan y una cama. ¡Fuego es lo que les darán, balas de odio y bendecidas por curas de derecha! ¡Fuego de balas les darán, las mismas que asesinaron a Víctor Jara, ahí en el estadio que hoy lleva su nombre!  

No creo que Víctor esté más alegre, no creo que esté pensando que su pueblo se ha encontrado con los fundamentos de una patria más solidaria. 

Yo creo que Víctor Jara piensa y nos dice  “Hay que juntar rebeldía hay que organizar las conciencias y avanzar en la unidad y organización de todas las fuerzas políticas y sociales, combinar la lucha parlamentaria y la lucha extraparlamentaria expresadas en las movilizaciones hasta alcanzar un gobierno popular.. Una democracia representativa y también participativa construida sobre la base de todas las organizaciones sociales y expresadas en el Poder Popular. Hay que Juntar conciencia y rebeldía.. fuerza y herramientas.”  

 Víctor Jara procedía de una familia campesina de Ñuble, se convirtió en un referente internacional de la canción reivindicativa y de cantautor. Además fue militante del Partido Comunista de Chile, por lo mismo fue torturado y asesinado en el antiguo Estadio Chile, que tiempo después fue denominado Estadio Víctor Jara. Ahí muchos años después de su asesinato,  una noche de invierno, y en año del centenario del Partido Comunista de Chile, el alma de Víctor vió a  los marginados, a los desposeídos que se refugiaban del frío.

Entonces sus manos, esas misma que le cortaron los canallas fascistas, tomaron la guitarra y su voz que nadie ha podido acallar comenzó a cantar la plegaria al labrador :

 Levántate y mira la montaña
de donde viene el viento, el sol y el agua.
Tú que manejas el curso de los ríos,
tú que sembraste el vuelo de tu alma.

Levántate y mírate las manos
para crecer estréchala a tu hermano.
Juntos iremos unidos en la sangre
hoy es el tiempo que puede ser mañana.

Líbranos de aquel que nos domina
en la miseria.
Tráenos tu reino de justicia
e igualdad.
Sopla como el viento la flor
de la quebrada.
Limpia como el fuego
el cañón de mi fusil.
Hágase por fin tu voluntad
aquí en la tierra.
Danos tu fuerza y tu valor
al combatir.
Sopla como el viento la flor
de la quebrada.
Limpia como el fuego
el cañón de mi fusil.

Levántate y mírate las manos
para crecer estréchala a tu hermano.
Juntos iremos unidos en la sangre
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

Víctor Jara
(1969)

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