miércoles, 16 de febrero de 2011

75 AÑOS DEL TRIUNFO DEL FRENTE POPULAR


ARTÍCULO DE FRANCISCO ERICE EN MUNDO OBRERO Nº 233, DE FEBRERO DE 2011

Hace ahora 75 años, el 16 de febrero de 1936, la candidatura unitaria de izquierdas conocida como Bloque Popular obtenía un resonante -aunque ajustado en votos- triunfo electoral en nuestro país. En realidad, no pasaba de ser entonces una coalición heterogénea, unida por la voluntad de restañar, mediante la amnistía, las heridas de la represión posterior a Octubre de 1934, y de subsanar los destrozos de dos años largos de gobierno derechista (el "bienio negro").

Por su programa moderado y las fuerzas que lo encabezaban, el pacto del luego denominado Frente Popular parecía poco más que una tímida reedición de la conjunción republicano-socialista que había gobernado España en 1931-1933. Los errores e insuficiencias de esta coalición reformadora y la acción desestabilizadora dé la derecha condujeron a su derrota en las urnas y a la formación de una nueva mayoría parlamentaria, articulada en torno a los Radicales de Lerroux y al partido católico (la CEDA). Se abría así una etapa de "rectificación" que, pieza a pieza, desmontaba las modestas reformas anteriores, restauraba privilegios ' que la República había ido erradicando y sembraba el camino -según percibían las izquierdas -para el establecimiento de uno de esos regímenes autoritarios y anti-obreros que, en la Europa de los años 30, tenían en los fascismos su más directa inspiración.

La respuesta a esta "desnaturalización" de la República propició el voluntarismo heroico de Octubre. Tras su inevitable fracaso, la reacción de las fuerzas obreras y republicanas de izquierda permitió ir hilvanando un "tejido frentepopulista" que conduciría al triunfo electoral.

Hay que decir que lo que surge en febrero de 1936 no es aún propiamente un frente popular. De hecho, sólo el PCE defendía entonces la necesidad de una alianza antifascista amplia y estable, con su núcleo en el pacto entre socialistas y comunistas. Pero las tesis del PCE, grupo todavía débil, no podían prevalecer pese a que constituían, en puridad, la propuesta más razonable.

Debemos recordar, asimismo, que la idea de los frentes populares se abre paso desde 1934 y se formula y aprueba en el VII Congreso de la Internacional Comunista, en el verano de 1935. Que viene a reemplazar a la sectaria y desastrosa táctica de "clase contra clase" prevaleciente entre 1928 y 1934.

La política frentepopulista, surgida en cierto modo con sentido defensivo, poseía sin embargo amplias virtualidades. Permitió, por ejemplo, la conversión de los partidos comunistas en auténticas fuerzas "nacionales", y una valoración de la democracia que, por vez primera, iba más allá de lo meramente circunstancial o instrumental. En términos estratégicos, suponía la constatación de que el "asalto" al Estado burgués debía ser sustituido por el "asedió", en la perspectiva de encontrar una vía realista para avanzar. Democracia, socialismo, y vastas alianzas se conjugaban así en una propuesta bastante abierta, no exenta de indeterminaciones, pero tremendamente innovadora. Como fórmula electoral, tuvo efectos limitados, salvo en Francia y sobre todo en España, donde la movilización y las esperanzas que suscitó desbordaban con mucho la modestia del programa. Pero la resistencia antifascista de los años siguientes y los "frentes nacionales" que llevan su sello, configuran la etapa más preñada de expectativas de toda la historia de la izquierda y el movimiento revolucionario del siglo XX. Por eso el antifascismo es hoy tan denostado por los adalides del neoliberalismo; por eso sigue conservando un papel central en la memoria colectiva popular.

El frente popular en general y su versión española constituyen experiencias plagadas de enseñanzas sobre cuestiones tales como la necesidad de articular la lucha por las libertades y transformación social, o de construir bloques de progreso, o acerca del papel de la movilización social. Y éstos siguen siendo, en definitiva, los grandes retos, en el siglo XXI, para una izquierda transformadora no claudicante, que no se limíte a revisitar miméticamente las vías muertas del pasado, y que a la vez no se refugie en el resistencialismo idealista o la estética martirial.

Francisco Erice es Profesor de Historia Contemporánea Universidad de Oviedo


"EL BLOQUE POPULAR INDESTRUCTIBLE E INVENCIBLE"

Discurso de José Díaz pronunciado en el Teatro de la Zarzuela, de Madrid, el 15 de febrero de 1936

¡Pueblo de Madrid, obreros y antifascistas de toda España!

Mi corta intervención en este mitin os la dedico a vosotros. A vosotros, que habéis demostrado de una manera terminante cómo el pueblo, la masa popular vibra en España y está en condiciones de prácticamente, dentro de unas horas y por la vía legal, ponerse en condiciones de derrotar a los enemigos de la República, a los enemigos del pueblo, para que España siga el camino que debe seguir en bien de los trabajadores y de las masas antifascistas.

El conglomerado de nuestros enemigos.

La campaña de izquierdas en España ha demostrado a los que creían obtener el triunfo el 16 de febrero que la victoria será del Bloque Popular, y hemos visto cómo el enemigo, comprobando hasta dónde llegan el entusiasmo y la abnegación en el trabajo y en la lucha de los verdaderos españoles, hace una amalgama de candidaturas; se unen, se coligan elementos monárquicos, elementos fascistas, vaticanistas y radicales. Es una amalgama de la que se quiere que salga un veneno, algo nocivo que destruya a España. Pero no será así, pues el pueblo, los trabajadores y todos los hombres amantes de la libertad y de la cultura, van a demostrar mañana que esa amalgama va a ser derrotada de manera contundente, y después vamos a seguir el camino de la victoria hasta el completo aplastamiento del fascismo.

Pero hay más. Siendo insuficiente ese conglomerado de enemigos de la candidatura del Bloque Popular para vencernos, vemos que tiene que salir en su ayuda el Gobierno, que desde el primer momento declaró que iba a ser imparcial en la contienda electoral. Ahora vemos en qué consistía su imparcialidad. No hay pueblo en España del que no lleguen quejas protestando de la parcialidad con que las autoridades -por mandato del Gobierno, naturalmente- tratan de impedir la labor, la campaña del Bloque Popular, mientras a los enemigos, a los verdaderos enemigos de la República y del pueblo, a esos que se llaman “patriotas” y que no tienen derecho a vivir en España (aplausos), se les dan toda clase de facilidades. Esto se debe a que han visto el resurgir del pueblo, que dice claramente que los va a derrotar, y buscan todas las artimañas, todas las malas artes; buscan todos los procedimientos del tiempo de la monarquía para tratar de vencer a la candidatura del Bloque Popular.

El Bloque Popular es invencible.

Pero, por encima de todos esos amaños, por encima de todas las coaliciones de los elementos enemigos del pueblo trabajador, la candidatura del Bloque Popular triunfará mañana y triunfará de una manera rotunda, de una manera legal. Pero eso sí, que no se nos quite luego lo que ganemos por medios legales, porque nosotros tenemos que declarar desde esta tribuna a los obreros, a los hombres amantes de la libertad de España, a todos los antifascistas; que si se nos quita lo que ganemos legalmente, si se nos quita el triunfo con malas artes, lo defenderemos como se defienden las conquistas limpias, las cosas bien ganadas: con nuestra propia vida. (Muy bien. Fuertes aplausos.)

Ya se preparan los pucherazos. En todos los pueblos, en todas las ciudades hay provocaciones diarias: los únicos que de una manera clara, de una manera sincera van a esta lucha electoral y se manifiestan lealmente en los procedimientos, en las formas de su propaganda, son los partidos que componen la candidatura del Bloque Popular; son los comunistas, son los socialistas, son los republicanos de izquierda y todos los hombres que los siguen.

Pero, además, no conformes con lo que se realiza y teniendo en cuenta su derrota, ya se habla por los monárquicos, por algunos militares retirados, por otros en activo, y se dice: “Por si triunfa el Bloque Popular, estamos preparados para dar un golpe de Estado.”

¿Qué tramáis? ¿Qué tratáis de hacer?

¡En guardia para defender el triunfo!

Nosotros, los comunistas, hemos dicho ya en una serie de mítines, en nuestras publicaciones, en todos los medios de que disponemos para nuestra propaganda, cómo vamos a la lucha electoral. Ahora decimos que después del triunfo hay que consolidar la victoria, para lo que todo el proletariado, todos los hombres de ideas democráticas, todos los hombres amantes de la libertad y del progreso deben estar alerta al día siguiente del triunfo, porque esta vigilancia es la única condición, no para atacar, pero sí para defender nuestra victoria y para consolidarla de una manera segura y duradera. (Muy bien. Grandes aplausos). Todos debemos estar alerta para afrontar y hacer fracasar las provocaciones, para hacer que se estrellen todos los intentos que fragüen nuestros enemigos de dar un golpe de Estado o de otra clase de algarada; para demostrar al Gobierno, a quien sea, cómo nosotros hemos ido a la lucha electoral y cómo estamos dispuestos a defender lo que salga de las urnas, que nosotros estamos convencidos de que será nuestro triunfo, el triunfo del pueblo.

El Bloque Popular debe mantenerse.

Cuando se constituyó el Bloque Popular, una de las maniobras de la reacción fue la de decir en sus periódicos (en “El Debate”, en el “ABC”, en “La Nación”):

“¿Adónde vais, comunistas? ¿Adónde vais, socialistas?, ¿Adónde vais sindicalistas? ¿Con los republicanos, que van a ser vuestros perseguidores el día de mañana?” Al ver que por ese camino, por ese procedimiento, no conseguían nada, entonces se dirigieron a los partidos republicanos: “Republicanos, señor Azaña, señor Martínez Barrio, ¿adónde vais con los comunistas y con los socialistas? ¿Adónde vais con los de Octubre, con los de la dictadura del proletariado?” Pero tampoco por este procedimiento consiguieron romper el Bloque Popular, y no sólo no lograron destruirlo, sino que contra el Bloque Popular se han estrellado todas sus maniobras. El Bloque Popular continuará, hasta que se cumpla íntegramente el programa, el compromiso contraído por todos los partidos que lo componen, por que el cumplimiento de este programa representa el bienestar para los trabajadores, el bienestar para los campesinos, para la clase media, para la burguesía media, para todos los que están en contra del fascismo de una manera decidida y terminante. (Muy bien. Aplausos.)

Lo que nos une en el Bloque Popular.

¿Qué nos une en el Bloque Popular? Nos une, además del programa mínimo concertado, de inmediata realización, un objetivo común, muy importante: impedir que en España podamos sufrir la vergüenza del fascismo. El fascismo ha demostrado, en los países sometidos a su yugo, qué hace con los pueblos. Los arruina económicamente y políticamente; quita la vida a la flor de las naciones, a lo mejor de los pueblos, a la vanguardia del progreso. Cuando no encuentra salida en la ruina provocada por él y por el régimen que lo engendra, entonces el fascismo trata de buscar esta salida con la guerra, llevando a ella a millares, a millones de obreros, para que pierdan la vida por una aventura que sólo sirve para cebar con la sangre y las vidas de millones a un puñado de grandes financieros, de grandes terratenientes, de grandes tiburones del capital. Hay que impedir, camaradas -y esto es lo que nos une-, que pueda triunfar en España el fascismo. Todos sabemos lo que es el fascismo, e impedir su triunfo es lo que nos une en el Bloque Popular, para las elecciones y para después de las elecciones.

Rico, joven socialista, fue asesinado por los fascistas; De Grado, joven comunista, fue asesinado por los fascistas; Andrés Casaus, republicano, fue también asesinado, en San Sebastián, por los fascistas. ¿Podemos nosotros consentir que se sigan en España estos procedimientos? ¿Es que los verdaderos españoles, el verdadero pueblo, puede consentir que continúen los asesinatos de comunistas, socialistas y republicanos?

Y la amenaza de Gil Robles, ¿en qué consiste? El único punto claro en el programa de la CEDA, de Acción Popular, es el que dice: “Contra la revolución y sus cómplices.” ¿Que quiere decir, sin hipocresías, ese lema? Quiere decir que lo que hasta ahora han sido sólo calumnias, falsedades, contra los hombres representativos de los partidos republicano, socialista y comunista, se trocaría, si el fascismo vaticanista pudiese vencer, en el exterminio de estos partidos y en el exterminio de sus dirigentes. Todo esto es lo que nos acerca, lo que nos une en el Bloque Popular, lo que nos lleva a decir que no romperemos este Bloque hasta que consigamos vencer al fascismo. (Aplausos.)

El ejemplo en Francia.

En Francia, también vemos que las organizaciones monárquicas y fascistas preparan agresiones como la perpetrada hace poco tiempo contra un republicano radicalsocialista. Y hace unos días, fue el vergonzoso atentado contra León Blum, hombre de sesenta y cinco años, contra el que arremetieron cincuenta asesinos monárquicos.

Estas agresiones cobardes son las que queremos que no se repitan en España. Y hemos visto cómo en Francia Herriot y Daladier, a la cabeza del Frente Popular, han planteado el problema ante el Gobierno, exigiendo la disolución de las ligas fascistas y su desarme. Eso es lo que queremos también en España.

Destruir las raíces del fascismo.

Cuando planteamos la necesidad de arrancar la base material y social de monopolio y privilegio de las manos de la reacción, planteamos esto como una de las condiciones indispensables para continuar la ruta que debe seguir España para continuar el desarrollo de la revolución democrática en nuestro país.

No podemos consentir que puedan subsistir en España esas guaridas de monárquicos y fascistas donde se organizan los atentados, donde se organizan las provocaciones, y es el Bloque Popular, es el Gobierno republicano de izquierdas -que habrá de constituirse después del triunfo- el que tiene que añadir al programa mínimo de todos los partidos el compromiso de desmontar la base material y social de la reacción, de disolver sus organizaciones fascistas, para que podamos decir que en manos de los fascistas desperdigados que pueda haber en España no se encuentra ni una sola arma; porque un arma que pueda quedar en una mano fascista es una víctima del pueblo, es un comunista, un socialista o un republicano que caerá, si no un día, otro: y eso hay que evitado, en bien de España, en bien del pueblo español. (Muy bien. Prolongados aplausos.)

Democracia o fascismo.

Compañeros, el tiempo se agota. Quiero recordar solamente, para terminar, unas palabras del jacobino Saint-Just, uno de los hombres de la Revolución francesa, de los revolucionarios más conscientes de aquella época. Saint-Just decía: “Vuestro interés manda no dividiros, cualesquiera que sean las diferencias de opinión. Nuestros tiranos no admiten esas diferencias entre nosotros. O venceremos todos o desapareceremos todos.” y ese es el dilema que tenemos planteado en España: O la democracia triunfa sobre el fascismo o el fascismo destroza a la democracia; o la revolución gana y vence a la contrarrevolución, o la contrarrevolución hará de España una verdadera ruina de miseria, de hambre y de terror. Eso es lo que queremos evitar, y por eso yo digo: Bloque Popular para ahora y Bloque Popular para después del triunfo electoral, para que prosiga con todas las consecuencias el desarrollo de la revolución democrático-burguesa, haciendo en esta primera etapa lo que todavía no se ha hecho en nuestro país y que ya en 1789 hizo la Revolución francesa: destruir los residuos del feudalismo, que son una de las bases materiales de la reacción. (Grandes aplausos y vivas.)

Fuente: Marxists Internet Archive
Edición impresa: José Díaz, Tres años de lucha, Editions de la Librairie du Globe, París 1970.
Versión digital: Koba, para http://bolchetvo.blogspot.com.
Transcripción/HTML para el MIA: Juan R. Fajardo, nov. 2009.

No hay comentarios: