lunes, 24 de mayo de 2010

"EL HERMANO DE LENIN. EN LOS ORÍGENES DE LA REVOLUCIÓN RUSA"

Título: El hermano de Lenin. En los orígenes de la revolución rusa
Autor: Philip Pomper
Precio: 26,50 €
Editorial: Ariel
Páginas: 336
Formato: 14,5 x 23 cm
Encuadernación: Tapa dura
ISBN 978-84-344-6924-2


Un ensayo rescata la figura de Alexander Uliánov, militante antizarista condenado a muerte por terrorismo, 30 años antes de la Revolución de 1917


Sin Lenin en 1917 no habría habido Revolución rusa, pero sin Alexander Uliánov, no habría habido Lenin. Alexander era el hermano mayor del fundador de la Unión Soviética, un empedernido anarquista cuya ejecución, en 1887, por intento de asesinato del zar Alejandro III, despertó el pensamiento revolucionario del pequeño Lenin. Vladimir Uliánov, su verdadero nombre, era un joven estudiante de 17 años que acababa de perder también a su padre, cuando decidió tras el ahorcamiento de su hermano dar el salto: lo haría todo para conseguir la revolución.

A pesar de ser el hermano del primer presidente de la Unión Soviética, Alexander cayó en el olvido y nunca se supo realmente el papel que jugó en el compromiso político de Lenin. El profesor de Historia de la Universidad de Wesleyan (Estados Unidos) Philip Pomper quien tuvo acceso a los archivos privados de la familia Uliánov rescata la figura de Alexander en su ensayo El hermano de Lenin. En los orígenes de la revolución rusa, que publica ahora la editorial Ariel.

Todos esperaban que Alexander se convirtiera en catedrático de zoología. Nació el 12 de abril de 1866 en Sim-birsk, cuatro años antes de Vladimir, en el seno de una fanilia acomodada. No eran ni ricos ni pobres, aunque su padre, Iliá Nikoláyevich Uliánov, era un alto funcionario del Imperio y director de Escuelas Públicas de la provincia de Simbirsk, lo que le daba ciertos privilegios materiales.

Como hijo mayor, Alexander siempre sintió la presión familiar: era un silencioso y aplicado alumno que pasó casi todas las horas de su juventud en un laboratorio del patio trasero de su casa estudiando gusanos e insectos. Cartas personales de su familia retratan a un niño solitario, refugiado en los estudios. Ganó dos medallas de oro: la primera al mejor estudiante de su instituto en 1883 y la segunda en ciencias naturales en la Universidad de San Petersburgo. Era conocido por el apelativo de Sasha.

Es, sin embargo, durante sus estudios superiores, que Alexander, para su familia, cambió. Tras terminar el instituto, dejó el hogar Uliánov para instalarse en San Petersburgo, donde su compromiso político se despertó precisamente el 17 de noviembre de 1886, durante una manifestación.

La generación de Sasha creció con los escritos de Nikolái Gavrílovich Chernishevski, filósofo materialista y socialista utópico, y de Nikolái Dobroliubov, un importante crítico literario de la época, fallecido en 1861. Sasha se dirigía a la conmemoración de la muerte de este último, cuando la policía bloqueó la marcha y obligó a los manifestantes a permanecer de pie bajo la lluvia. "La ira y la explosiva rabia de Sasha aquel día auguraban su decisión de abrazar el terrorismo", escribe Philip Pomper.

Alexander se unió al grupo nihilista Narodnaïa Volia (Voluntad del Pueblo), grupo ya conocido por sus ataques contra las autoridades. Consciente de sus obligaciones para con su familia, el hermano mayor de Lenin se fue convirtiendo en el teórico de conspiraciones contra el zar y en el líder de Narodnaïa Volia. Pensaba que, una vez instruida, la gran masa de los campesinos llevaría el socialismo a Rusia. Y para ello, estaba dispuesto a todo, hasta matar y a morir por "una causa mayor".

Las diferencias entre Alexander y Vladimir Lenin, más conocido por sus familiares como Volodia, eran numerosas. Mientras el mayor se entregó hasta la muerte a la lucha revolucionaria, Lenin ejerció un cuarto de siglo como revolucionario profesional, pasando muchos años en el extranjero y con altos cargos. Fue la muerte de su padre, en 1886, el motivo que separó a los dos hermanos. Se vieron una última vez a finales de ese año, enfadados. Volodia no entendía el compromiso nihilista de su hermano.

Todo estaba previsto para acabar contra el zar y el imperialismo que encarnaba: el 1 de marzo de 1887, el día de la conmemoración de la muerte de su padre, Alejandro III debía morir. Pero el atentado falló y Alexander y todos sus compañeros fueron detenidos. A las tres de la madrugada del 8 de mayo, se le informó de que iba a ser ejecutado. Fue ahorcado.

La muerte de Alexander despertó en Vladimir despertó ira e incomprensión. "Lamentaba que su hermano hubiera vendido su vida tan barata. No veía con buenos ojos su método de lucha", escribió María, su hermana. Vladimir empezó entonces a leer todo lo que podía ayudar a entender la lucha de Alexander y a ir más allá. En junio de 1918, menos de un año después de la Revolución, Vladimir ya Lenin vengó a su manera la muerte de Alexander, al ordenar la ejecución del hijo de Alejandro III, Nicolás, y a toda la descendencia del zar.

Fuente: Público

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